domingo, 2 de marzo de 2008

Corrientes oceánicas

Las corrientes son movimientos, o desplazamientos, de agua en una dirección dentro de los mares y océanos.

Las corrientes oceánicas trasladan agua templada desde el ecuador hacia los polos, mientras que el agua fría, por su parte, se mueve hacia el ecuador. De esta forma la Tierra distribuye el calor de su superficie, lo que constituye un importante factor climático.

Hay dos tipos de corrientes en el océano: las corrientes superficiales, que constituyen el 10% del agua del océano y se encuentran desde los 400 m hacia arriba y las corrientes de agua profunda o la circulación termohalina que afectan el otro 90% del océano.

Las corrientes pueden ser de superficie o de profundidad:
- Las corrientes de superficie son producidas por los vientos predominantes y por el movimiento giratorio de la Tierra, que impulsa a las corrientes a circular en remolinos o círculos. Se mueven a velocidades bajas, de unos pocos km. por hora.
- Las corrientes de profundidad, a más de 100 metros debajo de la superficie, son impulsadas por las diferencias de temperatura del agua y la salinidad, las cuales afectan la densidad y el movimiento de las aguas profundas.

Las corrientes oceánicas están influenciadas por fuerzas que inician el movimiento de las masas de agua, estas son: el calentamiento solar y los vientos. El balance entre otro tipo de fuerzas influye en la dirección del flujo de las corrientes, la fuerza de Coriolis (que es siempre hacia la derecha en el Hemisferio Norte) y la gravedad la cual se dirige hacia el gradiente de presión. Estas corrientes marinas se conocen como Corrientes Geostróficas, (del griego strophe, giro: fuerzas provocadas por la rotación de la tierra).

Corrientes Cálidas y Frías:
Las corrientes marinas superficiales trasportan un gran volumen de agua y energía en forma de calor, por lo que influyen en la distribución de la temperatura. Como resultado afecta el clima del planeta. Es por esto que el océano se conoce como el termostato de la Tierra

Una de las propiedades del agua es su gran capacidad de calor. Las corrientes cálidas al oeste de las cuencas del océano, como la corriente del Golfo, puede transportar gran cantidad de energía en forma de calor hacia los polos. Por otro lado, corrientes frías, como la del Labrador, que bajan por el este de los polos, ayudan a refrescar los trópicos. Las corrientes cálidas, producen un aumento de la temperatura del aire y mayor concentración de vapor de agua en la atmósfera y por tanto, aumenta la humedad. Las corrientes frías disminuyen temperatura del aire y la concentración del vapor del agua en la atmósfera, por lo que baja la humedad. Sus efectos en el clima son evidentes, un ejemplo de esto ocurre en las costas de Escandinavia, zona cercana al Polo Norte donde no se forma hielo y las temperaturas son más altas de las esperadas para su latitud. También, por eso, encontramos arrecifes de coral en latitudes más altas, en los márgenes del oeste de las cuencas. Por esta razón, se dice que las corrientes oceánicas son el termostato de la Tierra ya que amortiguan las fluctuaciones termales.

Las corrientes son más fuertes en los márgenes del Este de los continentes de Asia y América del Norte, o en el lado oeste de las cuencas oceánicas. Esto se debe al amontonamiento del agua causado por los Vientos Alisios que soplan de Este. Para medir las corrientes, se utilizan equipos electrónicos tales como correntómetros, boyas a la deriva, entre otros.

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